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Cerda y desconsiderada

Hace más de dos años que hay un ciclomotor averiado atado con una cadena en una de las farolas de mi calle. Entorpece el paso con sillas de bebés, de ruedas, carros de la compra y se hace complicado pasar más de dos personas en paralelo, cuando, de no ser por la moto, sería una tarea fácil. Está en un estado deplorable, mugroso, sin retrovisores, con el asiento roto y la cadena se ha oxidado no sólo del agua de lluvia sino también de los orines de los perros y los no perros. No es que la haya estado vigilando pero jamás he visto a nadie usándola.

Hoy ha venido la grúa y la policía a retirarla y los propietarios se han puesto como unos energúmenos. Ahora se sienten agraviados porque el servicio de limpieza del ayuntamiento ha cortado con una radial la cadena y la policía ha venido con la grúa para llevársela. Supongo que habrán hecho sus averiguaciones y probablemente esa moto no tenga ni seguro ni pague impuesto de circulación. Por lo que no tiene derecho a estar más en circulación.

Los dueños han montado todo un circo alrededor de este asunto, incluso llevándose el ciclomotor y escondiéndolo en el portal del edificio, con la consiguiente molestia hacia los vecinos.

En fin, el espectáculo que he presenciado ha sido digno de un circo. Se supone que han contactado con el propietario para darle un toque de atención antes de suceder lo que ha sucedido hoy. Si tienes un vehículo averiado ocupando la calzada o la acera en este caso, es tu responsabilidad retirarlo. Es más, el servicio de desguace en Madrid es gratuito. Llamas y vienen sin ningún coste a retirar el vehículo. Pero no, es mejor que la moto acumule mierda y entorpezca el paso a los peatones y cuando vengan a retirarla, montes en cólera como si en algún momento de todo este tiempo te hubiera importado el estado de la moto.

La gente es cerda y desconsiderada.

Lo que me molesta de los conductores

La mala conducción no es debida únicamente a la falta de civismo, de respeto y de responsabilidad hacia el resto de conductores de una vía, aunque sí podríamos decir que forma parte de la base principal.

Además, los malos conductores no tienen asumido lo que debe ser un “vehículo a motor”, y no es otra cosa que una maquinaria práctica y confortable para desplazarse ante una necesidad. Los muy gilipollas consideran a sus vehículos como una prolongación de sus cuerpos, porque se desplazarán en el mismo aun tratándose de ir a la vuelta de la esquina, porque para ellos es una moda, su forma de “vestir” con sus cuatro chapas y el color, su música con ventanillas bajadas para dejarse notar, incluso quemar gasolina a base de derrapes que no les llevan a ningún sitio concreto, pero lo aparentan mientras circulan orgullosos y a la “moda”, como si del más chuli se tratara.

A todo lo anterior unimos que circular en su propio vehículo les origina cierta euforia y engrandecimiento, cuando en realidad, los muy mierdas no son absolutamente nada cuando caminan a pie.

En definitiva, para muchos nefastos e irresponsables conductores, la adicción al coche por los motivos anteriormente citados, son más importantes que el cumplimiento de las normas de circulación, porque dicho sea de paso, guardar una formalidad en su cumplimiento no les mola, es como ir de bueno conformista, y por ello prefieren ir de rebeldes a los mandos del vehículo con el que tan seguros se sienten, porque los muy gilipollas creen que así se convierten en unos crack. Generalmente suelen ser los típicos niñatos, aunque se conocen casos de personas adultas. Desde luego tienen más pecado estas últimas.

El conductor español y en particular, el madrileño, es egoísta. Siempre es “yo, yo,  yo y yo”. Yo tengo que tomar este desvío y lo voy a hacer ahora venga quien venga. Yo tengo que aparcar enfrente de este bar pero como no hay sitio voy a aparcar en doble fila o en el carril bus. Yo tengo que aparcar en este sitio y meteré mi coche aunque tenga que golpear al vehículo de detrás o de delante.

El conductor español también sufre de amnesia. No recuerda que en cuanto se baje del coche será peatón. Y si le jode que un peatón se cruce por la calzada y le haga reducir velocidad lo mismo joderá a otro conductor cuando él mismo actúe igual.

Cuando me preguntan qué es lo que más me molesta de los conductores cuando voy en mi moto, lo numero en 5 situaciones:

1.    Que se crean que me voy a picar porque se me peguen al culo o al lado o me pongan miraditas en un semáforo.

2.    Que se crucen por mi camino a toda hostia para meterse en un desvío… que tiene un semáforo en rojo.

3.    Que se crean que me compré una moto para fardar. La compré por los mismos motivos que tú te compraste un coche: comodidad e independencia.

4.    Que no usen los intermitentes para indicar maniobras.

5.    Y sobre todo que no asuman que por pequeño que sea el golpe que me den, yo voy al suelo y mi cuerpo lo sufre.

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La parada de autobús

Ayer, esperando en la parada del autobús, el conductor pasó de mí. ¿Qué pensaríais que estaba haciendo en la parada del autobús? ¿Coger un autobús, no? ¿Qué pensamos de alguien que está esperando en la consulta de un médico, o en la cola de la carnicería, o en la farmacia? Pues lo más obvio, ¿cierto?

Cuando el autobús se acercó a mi parada iba a gran velocidad, alcé el brazo para que parara y me ignoró, continuando su camino.

Puse una queja por teléfono queriendo averiguar cuáles son los motivos para que un conductor de autobús no pare en su parada correspondiente y destinada para ello. Eso es ignorar sus obligaciones.

En esa parada también para otro autobús, pero en ese momento estaba yo sola. Supongo que el conductor pensó que tenía el 50% de probabilidades de que yo no cogiera el autobús que él conducía.

La amable operadora de atención al viajero me insiste en que hay que hacerle una señal con la mano al conductor, que está en la normativa. Toma esa. Y yo sin leerla. Os aconsejo que os agenciéis una normativa de esas que dice que hay que hacerle una señal al conductor. Pregunto… ¿cómo de grande hay que hacerla? ¿Agitar uno de esos “gusiluz” de los que lleva la Guardia Civil de Tráfico? ¿O esos de las pistas de los aeropuertos?

No olvidéis llevar uno de estos con vosotros.

Los ciclistas en Madrid

La bicicleta se está imponiendo en las calles de Madrid. Eso está bien. Menos contaminación, menos tráfico, menos ruido… 

¿Pero está Madrid preparada para las bicicletas? Cualquiera que haya pasado un par de días en la ciudad se habrá dado cuenta que la respuesta es un no rotundo.

Madrid será famosa por muchas cosas, pero las tres que más impactan son el ruido, la suciedad y sus precios. El tráfico se lleva la palma.

El concepto de bicicleta está bien, no me quejo de eso, pero ¿alguien se ha parado a regular la circulación de las bicicletas por la ciudad? Por la acera no pueden ir pero en la calzada no respetan las obligaciones como vehículo. Si quieren los derechos de circular por la calzada como vehículo deberán respetar pasos de cebra, semáforos, ceda el paso y stops. Hace menos de una semana un ciclista pasó a un metro de mis narices mientras cruzaba un paso de peatones. Ilusa de mí que pensé que iría a parar.
Cuando soy peatón no quiero ciclistas en mi acera y cuando soy vehículo tampoco los quiero en mi calzada. Quiero una regulación y un espacio para ellos. Para que no se atropelle a peatones ni ningún coche o moto se lleve a un ciclista.

Y aún sabiendo el riesgo que conlleva que un ciclista circule por Madrid, se los ve sin casco, con auriculares en los oídos, sin la iluminación e indumentaria adecuada. Circular por Madrid en bicicleta es un suicidio en toda regla y un peligro para los peatones también. No para los vehículos, claro; porque en caso de choque, ya sabemos quién sale perdiendo.

Yo, como conductora de ciclomotor, debo llevar casco y seguro. Mi ciclomotor no está considerado vehículo a motor(ver primeras cuatro líneas). Pero debo contratar y pagar un seguro por si hago daño a alguien. ¿Cuántos ciclistas pagarán un seguro? Porque cuando se trata de rascarse el bolsillo…

San Isidro

San Isidro es el santo patrón de los campesinos y es también el santo patrón de la capital de España, Madrid. En el día del santo, la población de Madrid participa en un peregrinaje a la pradera de San Isidro para celebrar su día y así beber el agua santa de la fuente de su ermita. Mucha gente se viste de chulapo y chulapa, e independientemente de su religión, todos participan de esta fiesta: la gente se trae comida para celebrar un picnic y se compran barquillos y rosquillas.

La celebración de esta fiesta dura varios días y se ofrecen muchos acontecimientos culturales: concursos de chotis, conciertos de música, artesanía.



Foto tomada en la iglesia de Santa Cruz de Pinares (Ávila)

El transporte público de Madrid

Este post está dedicado al transporte público de Madrid, tanto a los conductores como a los usuarios. ¿Por qué lo hago? Porque tengo todo el derecho, como usuaria del transporte público, a quejarme, pagando lo que pago al mes y por la mierda de servicio que dan.

  • Gracias al caballero que despliega su periódico ocupando dos asientos (y encima protesta cuando te sientas a su lado).
  • Gracias a la señora de los empujones para pillar sitio libre.
  • Gracias a la gente que se pone a hablar con el conductor y hace que éste se despiste y se pase la parada.
  • Gracias a los que taponan las salidas.
  • Gracias a los que dan golpecitos en tu asiento, hacen pompas con el chicle o juegan a la consola con la musiquita puesta.
  • Gracias a la pija que va a hablando a grito pelao por el móvil, osea.
  • Gracias al que se despatarra ocupando la mitad de mi asiento.
  • Gracias a los que plantan los pies en el asiento de enfrente. Algún día tú te sentarás ahí y te llevarás mierda en los pantalones.
  • Gracias al que come pipas en la parte de atrás. Aparte de pegar chicles, dejar la lata de refresco o dejar la pintadita de rigor.
  • Gracias al que te pide si te puedes levantar para salir… cuando hace 5 segundos que te has sentado.
  • Gracias, usuarios compañeros, por ducharos. En serio, es saludable, ¿no lo sabíais? Pues además de ser beneficioso para la salud, ayuda a las relaciones personales.
  • Gracias al que gira la cabeza cuando entra una embarazada o alguien con muletas.
  • Gracias al que se cambia de asiento cuando alguien de raza negra, árabe o sudamericano se sienta a su lado.  Gracias por dejar un pasillito a la salida del vagón de metro.

Pero los conductores y responsables del autobús tampoco se libran.

  • Gracias EMT por subir el precio de los abonos todos los años. Cuanto más sube el precio, más tarde llego a trabajar.
  • Gracias, conductor del autobús, por no parar en la parada y dejarnos con tres pares de narices a los usuarios después de llevar 30 minutos esperando.
  • Gracias por ayudarnos a los usuarios del autobús urbano madrileño a mantener la línea. Cuando hace calor no ponen el aire acondicionado, lo que genera un efecto sauna (con aromaterapia incluida) que viene muy bien para liberar toxinas… y mala hostia, entre otras cosas.
  • Gracias por esos frenazos que hace que hayamos desarrollado un instinto arácnido que hace agarrarnos a las barras de sujeción con una agilidad increíble.

Por todo esto y mucho más. Gracias.
Ah, por cierto. Luego se quejan de que hay mucho tráfico en Madrid. ¿No os parece normal? Prefiero estar en mi coche en un atasco con el aire acondicionado que estar atrapada en un vagón de metro, a 35ºC con el sobaco de otro en mi cara. Desde aquí animo a que os compréis  un coche o un ciclomotor y lo uséis hasta para sacar al perro. En serio, sale más rentable.