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Desahuciados

¿De quién es la culpa de que haya gente desahuciada, sin casa y encima teniendo que pagar la deuda de una casa que no tienen? Elija la correcta

a)      Del banco, vaya panda esos del banco, no tener ni un poco de misericordia.

b)      De la sociedad, es que estamos muy mal y ella es la culpable de todas las desgracias.

c)       De Zapatero, qué tío más feo y desgraciao.

Respuesta: Ninguna de las tres. La culpa es de ellos mismos.

Diréis, noooo, la culpa es del banco que les dio la hipoteca como si fuera regalada. Sí, pero… ¿alguien les puso a los futuros propietarios una pistola en la sien y los obligó?
Esto es como tantas muchas cosas de la vida: están ahí para usarlas y sacarles beneficio, pero nadie nos obliga. ¡La culpa es de las drogas! Ya, pero ¿quién se las toma? Ojo, no estoy defendiendo a los bancos ni trabajo para uno de ellos. Los bancos son todos unos mamones que se aprovechan del cliente, esa es su principal función, y los beneficios obtenidos son 80% comisiones e intereses (o más).

Los bancos viven de comisiones y de desgraciados como tú y como yo. Ese es su trabajo. Ellos te ofrecen diferentes productos, uno de ellos es una hipoteca a 40 años. Ahí va la pareja ilusionada, ganando mil eurillos cada uno de ellos. Van a pagar unos 800 euros al mes de hipoteca. El salario prácticamente de uno de ellos se va en la hipoteca, pero aún así, el banco también les dice: Anda, cambiaros de coche, que también os lo ponemos fácil. Y ella se queda embarazada. Después de tener al bebé y de incorporarse a su puesto de trabajo, a ella la despiden.

¡Qué malos los tíos del banco! ¿Cómo pueden dormir sabiendo lo que está pasando esta familia? ¿De qué van a comer? ¿De qué van a vivir? ¿Cómo van a pagar las facturas?

Mirad, yo siempre digo que los errores, cada uno que pague los suyos. El banco, por muchas cosas que te ofreciera, no te obligó, la culpa no es del banco, asumámoslo. Estaba en tus manos el estudiar las posibilidades, pero claro, te ponen la miel en los labios, ¡todo facilidades! Realmente no pensaron los pros y los contras de todo esto. No, dirán algunos, lo bueno de la compra de una vivienda es que cada mes que pasa es un poquito más tuya. Los que viven de alquiler, cuando llegan a casa de trabajar y ponen un pie dentro, también están en SU casa. El que deja de pagar la hipoteca durante un mes, lo echan. Anda, al de alquiler también. O sea, que las similitudes aparecen cuando las cosas van mal. ¿Nadie pensó cuando las cosas se pusieran feas? El alquiler, al igual que la hipoteca, son negociables y en ningún momento nadie nos obliga. ¿Qué culpa tengo yo de que vendan drogas en la calle, o CDs piratas, o perfumes robados? Ninguna, pero tengo la elección de comprar o no comprar. Sé que está mal, que han robado en un comercio para luego hacer su negocio, que le han robado las ideas a ese artistas con ese CD, que las drogas que venden vienen de una plantación en el culo del mundo que la recogen niños. El mundo está lleno decisiones y está en nuestras manos. Sé que me veré ahogada por una hipoteca, la cual, si todo va bien y de esto no estoy muy segura, terminaré de pagar con 70 años. En esta vida pocas veces nos obligan a hacer las cosas, excepto cuando eres niño y te toca recoger la mesa. Cuando eres adulto decides qué carrera escoger, con quien salir, qué coche comprarte, si casarte o no, si endeudarte de por vida o no.

A los jóvenes nadie les debe nada

Decía el gran Mark Twain: «No ande por ahí diciendo que el mundo le debe su sustento. El mundo no le debe nada. Estaba aquí antes». Los tiempos cambian y actualmente la gente no sólo cree que el mundo le debe su sustento: también tiene que ponerle un piso, darle un trabajo y pagarle una pensión.

Eso al menos es lo que parece que pide el nuevo movimiento de extrema izquierda, colaborador en la preparación del 15-M y la famosa acampada de Sol, que trata de sacar provecho al descontento juvenil (40% de paro) para lo de siempre: más socialismo.

Una lectura del manifiesto «Juventud sin futuro», firmado por profesores y otros profesionales de vivir de lo público que no creo estén muy afectados por la crisis, deja bastante claro que en realidad lo que quieren estos revolucionarios es que todo siga exactamente igual que ahora. La educación debe quedarse tal como está, porque ellos son la generación mejor preparada de la historia; las condiciones laborales, ni tocarlas: gracias a los sindicatos y a la negociación colectiva, los trabajadores tienen derechos; y, por supuesto, que los pisos no los vendan los malvados especuladores, sino que sea el Estado el que se encargue de repartirlos socialmente.

Dicen señalar a los culpables de la crisis, pero, aparte de la socorrida alusión al capitalismo, no se sabe a quiénes acusan. No hay un chivo expiatorio claro, y, puestos a movilizar a las masas, cuanto menos tengan éstas que pensar, mejor.

En todo este maremágnum revolucionario/conservador hay algo que sí moviliza a la juventud: la idea de que la sociedad le debe bastante y no está cumpliendo con su obligación. Pues bien, es una demanda que merece una respuesta muy clara por parte de la sociedad, y voy a intentar darla en su nombre.

Cuando las personas nacemos, no servimos para mucho: comemos, dormimos… y lloramos cuando no podemos comer o dormir. Nuestros padres u otras personas se encargan de nosotros durante esta etapa, y nos cuidan hasta que nos desarrollamos y aprendemos a valernos por nosotros mismos. En otras especies, de lo que se trata es de saber cazar, recolectar frutos y huir de los depredadores. En cambio, los seres humanos, para poder sobrevivir, necesitamos aprender algo mucho más complicado… y productivo: servir a los demás miembros de la sociedad. 

A nadie le gusta servir a otros. Todo sería mucho mejor si cada uno se pudiera dedicar a lo que quisiera y recibiera por ello lo necesario para vivir. Pero, mira por dónde, vivimos en el mundo real, un mundo donde los recursos son limitados; para conseguirlos tienes dos opciones: robarlos o intercambiar tus servicios por ellos. Y para poder intercambiar tus servicios por algo tan valioso como una casa o un salario no te queda más remedio que adecuarlos a algo que la sociedad valore lo suficiente.

Por lo tanto, antes de afirmar que la sociedad te debe algo, pregúntate qué has dado para merecer ese pago. Si la respuesta es: «Nada», es que estás intentado quitar a la sociedad algo por lo que no has pagado. En otras palabras: la estás intentado robar. Y la sociedad no son sólo los banqueros o las multinacionales; la sociedad son tus tíos, el vecino de enfrente, el padre de tu mejor amigo y el panadero que se levanta a las 4 de la madrugada para hacer el pan que tanto te gusta.

¿Esto quiere decir que la juventud no tiene derecho a protestar? Todo lo contrario, porque de la misma manera que la sociedad no le debe nada, la juventud tampoco debe cosa alguna a la sociedad. Por lo tanto, no tiene por qué pagar las pensiones de gente que contribuyó a un sistema piramidal, ni tolerar leyes que privilegian a los trabajadores en activo por encima de los que se acaban de incorporar al mercado laboral; ni que se le hipoteque para sostener a cajas y promotoras que no quieren vender sus activos (pisos) a precios de mercado.

En definitiva, en vez de intentar robar a la sociedad, los jóvenes deberían intentar que cierta parte de la sociedad dejase de robarles. Aunque, claro, para eso que no cuenten con los abajofirmantes habituales: es lo que tiene ser un revolucionario financiado por el Estado.

Los hijos de la Guerra del Vietnam

En algunas películas americanas vemos referencias a la guerra del Vietnam, pero poco sabemos de ella. Algunos apenas recordamos cuando estudiamos en el instituto la guerra civil española… Pero bueno, a lo que vamos. He encontrado un texto que hace referencia a esa guerra y a “sus daños colaterales”. Los hijos que las mujeres vietnamitas tuvieron a causa de las violaciones sufridas por los soldados norteamericanos.

A Cao Thi My Kieu, una mujer nacida hace 41 años en la localidad de Na Trang, se le sigue escapando algún sollozo cuando recuerda el infierno de su infancia y los insultos que le dedicaban los demás niños.

«Me llamaban ‘my lai‘ (medio americana) o ‘my den’ (negra americana), se burlaban de mí y tuve que dejar de ir al colegio; por suerte un vecino me enseñó durante unos meses, lo justo para aprender a leer y escribir».

Esta mujer de piel oscura y pelo rizado, con un corpachón impropio de una asiática y ojos menos rasgados que los de la mayoría de sus compatriotas, vive junto a su marido, Tran Van Thach, y su hija Zao, de 10 años, en una exigua habitación de una barriada humilde de las afueras de Ho Chi Minh, la antigua Saigón.

Unos 50.000 niños amerasiáticos se quedaron en Vietnam al finalizar la guerra en 1975, de los cuales 23.000 pudieron emigrar a Estados Unidos gracias a un programa de acogida impulsado por Washington y la ONU en los años 80.

A diferencia de dos de sus hermanos, que hoy viven en EEUU, Kieu nunca cumplió los requisitos del programa porque carece de documentos que prueben su origen: su madre quemó su partida de nacimiento después del conflicto por miedo a posibles represalias.

«Pensó en enterrar los documentos, pero tuvo miedo de que el Gobierno terminara encontrándolos y la castigara, así que terminó quemándolos», cuenta la mujer.

Kieu también fue víctima de la costumbre de algunas familias adineradas, que en los años posteriores a la guerra pagaban a jóvenes amerasiáticos a cambio de que éstos adquirieran su apellido.

Obtuvo un carné de identidad falso con el apellido de su nueva «familia», que esperaba emigrar a Estados Unidos a cuenta suya, pero el consulado americano se dio cuenta de que la documentación era falsa y nunca le dio los permisos.

Al igual que miles de vietnamitas en situación parecida, popularmente conocidos como «bui doi» (polvo de la vida), Kieu no puede optar a ningún trabajo de funcionaria, pues el régimen comunista le obliga a aportar información sobre sus padres y decir a qué se dedicaban antes de la caída de Saigón, en 1975.

Con una formación académica deficiente y discriminada por su aspecto físico, su única salida es vender lotería en una esquina, después de ser rechazada hace poco en trabajo para fregar platos en un restaurante.

En situación parecida se encuentra su marido, Thach, hijo de un soldado blanco y también sin papeles que lo acrediten.

«Nos conocimos cuando fuimos al Consulado para solicitar la acogida en Estados Unidos. A los dos nos dijeron que no y le dije en broma que siendo así, no sería bueno que termináramos casándonos juntos», rememora sonriente Kieu.

Los rasgos de Thach no son tan reveladores como en su esposa, pues al hombre sólo le asoma algún pelo rubio en el bigote y tiene la piel más clara que otros vietnamitas.

Sin embargo, también sufre la incomprensión de sus compatriotas, que le siguen insultando cuando va por la calle, pero reconoce que su situación es mejor que la de los hijos de negros, peor vistos.

«El primer ministro vietnamita prometió hace unos años junto al presidente George W. Bush que buscaría a los amerasiáticos y les ayudaría a ir a EEUU, pero no hacen nada», se lamenta.

Mientras relata sus desventuras, su hija Zao, vestida con un impoluto uniforme escolar, corretea, entra y sale de la habitación y observa la escena con curiosidad.

«Su profesora notó que sus rasgos eran distintos y nos preguntó si era vietnamita. Se lo explicamos y no hubo mayor problema, los niños no se ríen de ella y nadie la mira mal. Tendrá un futuro mejor», afirma Thach.

(Este podría ser el aspecto de Cao Thi My Kieu)

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Un pensamiento

Todo lo que una persona recibe sin haber trabajado para obtenerlo, otra persona deberá haber trabajado para ello, pero sin recibirlo.

El gobierno no puede entregar nada a alguien, si antes no se lo ha quitado a alguna otra persona.

Cuando la mitad de las personas llegan a la conclusión de que ellas no tienen que trabajar porque la otra mitad está obligada a hacerse cargo de ellas, y cuando esta otra mitad se convence de que no vale la pena trabajar porque alguien les quitará lo que han logrado con su esfuerzo, eso… mi querido amigo… es el fin de cualquier Nación.

“No se puede multiplicar la riqueza dividiéndola”.

Adrian Rogers, 1931

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¿Dónde está el dinero?

  1. Subvenciones al cine español
  2. Subvenciones a los titiriteros (¿artistas?)
  3. Subvenciones a los sindicatos (para que se callen)
  4. Subvenciones a los Gays y Lesbianas de Zimbabwe
  5. Ayuda a Cuba (a los cubanos no, a los Castro)
  6. Ayuda a Venezuela (a los venezolanos no, a Chávez)
  7. Perdonar la deuda (¿70 mil millones?) a Evo Morales
  8. Dinero para África (para que se engorden unos dictadores africanos y que
    puedan comprar más Rolls Royce (no tienen carreteras pero qué más da,
    para los saharianos, no)
  9. Dinero para el mapa del clítoris
  10. Dietas, coches oficiales, viajes en preferente y gastos de 3 veces el
    salario de los diputados
  11. La píldora del día después y aborto libre y gratuito
  12. Embajada de Cataluña en Alemania.
  13. Pero ¿dónde se ha ido el dinero de los españoles?
  14. Es todo un misterio pero ¿quién lo va a pagar?
  15. Bueno, vamos a buscar los más indefensos como los pensionistas y losfuncionarios.

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Soy española

He nacido en democracia, no tengo ninguna relación con el pasado franquista, ni siquiera mis padres, cuando empezaron a vivir la juventud y a formarse en la vida, vivieron el franquismo, y la inmensa mayoría de los que nos sentimos españoles y orgullosos de ello queremos mirar al futuro en paz.

Queremos que haya solidaridad entre todos los españoles, entre todas las regiones de nuestro país, queremos poder llevar una camiseta que ponga “España” sin necesidad de que juegue la selección, decir ¡viva España! sin que nos miren mal, si que alguien termine apaleado…

A un español de Cataluña, si un extranjero le pregunta de dónde es dirá: “catalán”. Si es un vasco, dirá “de Euskadi”, si es de Orense dirá “gallego”.

Bien es cierto que Estados Unidos tiene muchas cosas que envidiarnos, y viceversa; pero a un norteamericano sea de Michigan, California, Texas o Chicago le preguntas de dónde es y te dirá sin dudar “americano”. ¿Habéis visto el patriotismo que sienten por su país y cómo lo celebran? No se avergüenzan de ello. ¿Por qué deberían? ¿Qué nos avergüenza a nosotros para no poder demostrarlo? ¿Nos avergüenza nuestro pasado franquista? ¿Acaso son nazis todos los alemanes? ¿Se te ocurriría llamar nazi a un alemán?

Todos los países tienen un pasado del que probablemente no se sientan muy orgullosos, todas las culturas han pasado por enfrentamientos, guerras civiles, exterminios raciales o de religión… Pero eso ya pasó. No somos los herederos de los españoles que llegaron a América y masacraron a los indios, no somos los herederos de los que encañonaron el fusil en la guerra civil, no somos los herederos de Hitler, ni de Iván el Terrible ni de Franco.

No hay porqué sentirse avergonzado de que un individuo hiciera enfrentarse a hermanos contra hermanos y de que hiciera ver que el amor a tu patria, a tu bandera o a tu himno significara ese radicalismo y odio que sembraba allá donde fuera. Porque no nos representa. Y hay que cambiar ese sentimiento de vergüenza que nos hace sentir el ver una bandera española o al escuchar nuestro himno.

Tanto que nos encanta proclamar a los cuatro vientos que somos de España cuando estamos en el extranjero, que se sepa bien. Pero no se te ocurra decir eso en cualquier conversación porque eres un facha. Es más, por la mañana cantas el “Cara al sol” con el brazo levantado y tienes en tu casa la bandera con el águila bicéfala presidiendo el salón.

Esto harta ya de todo esto. En serio, estoy harta de toda la tontería de este país. Del esperpento de “sí, españoles fuera, pero no dentro, no sea que se crean que
soy un radical”.

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Lo que falla en el Islam

Lo primero que falla en el Islam es la relación entre razón y fe. Mahoma fundó una religión simple, más práctica que dogmática, en la que el creyente debía someterse a la voluntad de un dios allende la razón.
En Damasco y en Bagdad, el Islam conoció el pensamiento helénico y la patrística cristiana. Los filósofos mutazilíes (ver punto 5.3) exploraron el uso de la filosofía griega para profundizar en el Islam, pero la reacción aserí y el prestigio de Algazel acabaron con los intentos de conciliar fe y razón. La confusa idea de Averroes de que la fe podía sostener algo contrario a la razón empeoró las cosas. Alá reafirmó su voluntad arbitraria e irracional, palideció el principio de causalidad, la verdad racional quedó debilitada y el libre albedrío, menospreciado. El Islam renunció a entender para creer y limitó su raciocinio a emitir jurisprudencia sobre la ley coránica. Es una dramática escisión entre fe y razón.

El segundo problema del Islam es la relación entre religión y política. El mahometismo no es sólo una religión, sino un sistema político total que regula la vida espiritual y social. La teología o kalam es allí una extensión de la política, porque Dios es el César, y el reino de Alá es de este mundo. La confusión de sacerdocio e imperio empieza con el propio Mahoma, que fue a la vez profeta y legislador, predicador y rey, califa y sultán. Por consiguiente, la sharia o ley islámica, el conjunto de normas derivadas del Corán y las tradiciones de Mahoma, funciona como derecho común en los países musulmanes. A un sistema político que se confunde con lo religioso le es esencial el dualismo, la distinción entre fieles e infieles, entre musulmán y kafir.

La sharia consagra esta duplicidad, que oprime a los no musulmanes y hace de la apostasía un delito mayor que el asesinato. En definitiva, el Islam se asienta sobre la separación de lo unido y la confusión de lo distinto. La separación en lugar de la distinción lleva a la confusión, y la confusión en lugar de la distinción conduce a la separación.

Cuando el Islam separa la fe de la razón, acaba confundiendo la omnipotencia divina con la irracionalidad; cuando confunde la religión con la política, acaba separando al infiel de la comunidad social.

En el Islam, la razón se encoge y deja de ser el representante de Dios en el hombre; la política se agiganta y pasa a ser el reino de Dios entre los hombres. Estos dos desequilibrios culturales desatan, justifican y eternizan la violencia que periódicamente rebrota en el Islam, y que describía con tristeza un cristiano de Basora:

No puedes cambiar el Islam. Un día te llaman «hermano» y al otro te matan.

Si el Islam ha de ser una fuerza positiva para la humanidad, es necesario que consiga una relación saludable entre fe y razón, entre religión y política. Ahora bien, la pregunta es si el Islam puede lograrlo sin dejar de ser el Islam.

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Chahdortt Djavann

Los padres que impongan el velo al cuerpo de sus hijas menores deben ser considerados y sancionados de la misma manera que los padres que abusan sexualmente de o que maltratan físicamente a sus hijos.

También recordó (a los franceses y, de paso, a todos nosotros, occidentales ahítos de complejos de culpa colonialistas y tan fácilmente obnubilados ante los molinos de viento del multiculturalismo y demás alianzas de civilizaciones) dos o tres verdades:

El velo islámico no es simplemente un signo religioso, como la cruz cristiana. El equivalente de la cruz cristiana que chicas o chicos pueden llevar al cuello es la medallita en la que están grabados losnombres Alá o Mahoma, o la mano de Fátima.

Cuando se pone el velo a una niña se le inculca su inferioridad, la culpabilidad de su sexualidad femenina; se la pone en el mercado del sexo y del matrimonio. Una niña con velo quiere decir una niña núbil, una niña de consumo. No se tapa a la niña antes de que pueda ser objeto de consumo, antes de que sea casadera: se tapa a la niña para inculcarle que su cabello, las formas de su cuerpo pueden, en todo momento, hacer a los hombres perder el control de sí mismos.

Me gustaría decir también que lo que hoy es considerado como pedofilia en los países democráticos, en todos los países musulmanes no sólo no es considerado como pedofilia, sino que además se trata de algo institucionalizado. Los matrimonios de niñas de 12, 14, 13, 9, 10, 7 años con señores viejos o maduros son hechos irrefutables en todos los países musulmanes.

Extracto del libro de la escritora iraní Chahdortt Djavann afincada en Francia ¡Abajo el velo! (Bas les voiles!). Más información http://djavann.wordpress.com/


Escalofriante

«Me encanta ver las caras desencajadas de los familiares en los funerales. Aquí, en la cárcel, sus lloros son nuestras sonrisas y acabamos a carcajada limpia.»

De Juana Chaos.

 

La Fiscalía, a las órdenes del PSOE, piensa bajar la petición de condena a De Juana Chaos de 96 a 6 años.  El PSOE, a través de «su» Fiscalía de la Audiencia Nacional parece ser que quiere dar otro paso más hacia la indignidad y la injusticia.

 

Toda España conoce de sobra al cobarde asesino de ETA-Batasuna, Iñaki de Juana Chaos, al que puede verse en varias imágenes junto a estos párrafos, y toda España sabe muy bien que está condenado a casi tres mil años de cárcel por los asesinatos demostrados de 25 personas y por decenas de otros delitos relacionados con el terrorismo.

 

Pues bien, habiendo cumplido sólo 18 años de prisión de los casi 3.000 a los que está condenado, y habida cuenta de que -increíblemente- está a punto de salir de la cárcel, el Partido Socialista Obrero Español al mando de José Luis Rodríguez Zapatero y por medio de la Fiscalía de la Audiencia Nacional de la que es jefe el Fiscal General del Estado Conde Pumpido -puesto ahí para seguir las órdenes de Zapatero-, ha decidido que van a pedirle 6 años de cárcel en vez de los 96 que en un principio pedía el fiscal, por una serie de graves delitos de amenazas de muerte contra varias personas concretas relacionadas con Instituciones Penitenciarias y con los Tribunales. Y si la Fiscalía tiene pensado hacer semejante rebaja, probablemente sea con la intención de evitar que una nueva condena de importancia le impida a este asesino aprovecharse de la mierda de Justicia que hay en este país y por consiguiente salir en libertad para… ¿seguir asesinando?

 

De nuevo la Fiscalía de Zapatero desprecia a los muertos (que al parecer no son sus muertos), y sin hacer el menor caso a la media España que no le votó ni le votará jamás, y pasando olímpicamente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo que son los únicos representantes que esos muertos tienen en España, otra vez ha movido ficha nuestro Presidente a favor de los asesinos de ETA y en contra de las víctimas de los terroristas.

 

Zapatero se ha rendido (el que ha rendido a todos los españoles) y el que se ha bajado los pantalones ofreciéndole prácticamente la libertad con la condición de que dejase la huelga de hambre.

 

Es evidente que en esta «puta España» de Zapatero es extremadamente fácil triunfar. Lo único que hay que hacer es inventarse un fin más o menos ideológico y a continuación se coge una pistola y se mata a unas cuantas personas por la espalda; con esto ya tiene uno asegurada una negociación con el Gobierno. Y si tiene uno mala suerte y lo cogen, pues con una huelga de hambre, a la calle…

 

Desgraciadamente no es la primera vez que esta extraña, injusta y politizada Fiscalía -o algunos de los fiscales que dependen de ella- ha rebajado sustancialmente las peticiones de condena a asesinos de ETA. El último vergonzoso caso que recuerdo sucedió el pasado día 7 de septiembre, cuando se juzgaba al asesino de ETA, Ignacio Javier Bilbao Goicoechea, el cual, durante toda la vista, no cesó de insultar gravísimamente y amenazar de muerte al tribunal que lo juzgaba y a los testigos, a continuación el fiscal bajo la petición de pena de doce años que pedía en un principio a dos que acabó pidiendo después del bochornoso espectáculo de gritos, soeces insultos y amenazas de muerte.

 

Últimamente todos podemos ver que el Gobierno español, con Zapatero a la cabeza, ha elegido con absoluta claridad uno de los dos bandos enfrentados y ese bando no es otro que ETA. No sé si la elección será más o menos justa, lo que es indiscutible es que la elección es inteligente. Yo me imagino a Zapatero pensando… «Vamos a ver, por un lado está ETA, que si te descuidas te mete un tiro en la nuca, te secuestra o te pone una bomba… y si no, mira lo que le pasó a Aznar… lagarto, lagarto… Y por otro lado están las Víctimas del Terrorismo que ni matan, ni amenazan ni nada. Joer, la elección está clara, si uno es inteligente lo que tiene que hacer es ponerse en el bando de los que matan en vez de en el bando de los que mueren, más que nada por una cuestión de supervivencia».  Y ya está. Así de claro.

 

Y Zapatero sentándose a hablar con los terroristas y facilitando la libertad a asesinos múltiples, mientras sus «virreyes» impiden a las Víctimas del Terrorismo que griten en las manifestaciones. Y lo peor de todo es que son muchos los miembros del PSOE que siguen los cobardes pensamientos de Zapatero y que no dudan en insultar, despreciar y tratar de aislar a las Víctimas, mientras les ríen las gracias a los criminales que aparecen pegando tiros en las concentraciones que organiza ETA-Batasuna para enaltecer al terrorismo.

 

Hay que reconocer que el PSOE está moviéndose últimamente con una especial comodidad por los peligrosos caminos de la violencia y eso no puede traer nada bueno ni para el PSOE ni para el resto de los españoles.

 

A continuación varias imágenes del asesino Iñaki de Juana Chaos, al que la Fiscalía de la Audiencia Nacional a las órdenes del PSOE ha bajado una petición de pena de 96 a 6 años. Conviene recordar estas fotos para que lo reconozcamos por la calle cuando Zapatero lo deje en libertad. Aunque su cara de asco y produzca naúseas.

 

Había una vez un país llamado España que sólo existía en la cabeza (hueca) de su presidente

El otro día leí una frase con la que estoy totalmente de acuerdo: En España el patriotismo y la defensa de la Nación son vistos con desdeño. Y es cierto. No se nos permite amar a nuestro país y demostrar, a través de banderas o alabanzas, con un ¡Viva España!, que amamos nuestro país y nos gusta ser españoles. Y no tiene nada que ver con el fascismo ni franquismo. Me considero la persona menos racista ni fascista, soy la más cosmopolita, me encanta aprender de otras culturas, idiomas, costumbres… A la vista está mi amor por Turquía. Pero también amo a España y me gusta ser española. En Estados Unidos tienen un día de la bandera, en la que se honra a las barras y estrellas. ¿Qué pasaría si fueras invitado a una reunión y encontraras una bandera de España presidiendo el salón del anfitrión?  La sombra del franquismo sigue acechando nuestra sociedad, el veneno de esa época sigue presente y sigue envenenando a la juventud, incluso la que no la vivió.

He visto niños de diez años con banderas españolas en sus mochilas que salían del colegio agarrados de la mano de su cuidadora, una chica filipina.

¿No es bonito cuando un deportista está en el podio y se emociona mientras sube la bandera y suena el himno nacional?

El producto nacional está mal visto. El cine español es cutre, la fiesta nacional es cruel, somos considerados como los más vagos de nuestro continente, sólo sabemos comer y echarnos la siesta, y si no estamos durmiendo estamos de fiesta.

Bueno, y si es verdad ¿qué?

Está comprobado que en los países más soleados la gente tiene una esperanza de vida más alta, hay menos depresiones, se sufre menos de osteoporosis, raquitismo y caries dentales. Dicen que los españoles somos de los que más bebemos. Creo que no han contado con los ingleses, donde la tasa de alcoholemia, suicidios y depresión es la más alta de Europa. Y si a ello sumamos los fineses… ¡Y es que es normal! Un país donde 6 meses es de día y 6 de noche, es normal que te entre la depresión. O que salgas a la calle y esté lloviendo a todas horas. Una de dos: o te vas a un bar a beber, o te quedas en casa.

Afortunadamente mucha más gente sabe ver más allá de tópicos estúpidos. Tenemos grandes artistas, pintores, cantantes, bailaores, escritores, políticos, filósofos…Y estoy segura de que ellos también se echan o echaban la siesta y que se bebían y beben sus tintos de verano.

Si llevas una bandera de EE. UU. en tu camiseta eres patriota. Si llevas la de España eres un facha. Es más ¿a quién se le ocurriría vestir una camiseta con la bandera de España… en España? ¡Es de locos! Sabes cómo puedes acabar.

 

Aquí adjunto el texto completo que he extraído de http://www.libertaddigital.com/:

Dos años de gobierno socialista han logrado ponerlo todo patas arriba. En la España de Zapatero nada es ya lo que parece. Las palabras se emplean en sentido contrario a su verdadero significado. A una misión de guerra Zapatero la denomina misión humanitaria. La negociación política con los terroristas es para el Gobierno un proceso de paz. El centro político paguerrasa a llamarse ahora extrema derecha. Los inmigrantes ahogados en el Atlántico son efectos colaterales. Una reprimenda en el Consejo Europeo es para Rubalcaba un espaldarazo a la política de inmigración española y los reproches casi unánimes de los ministros de Interior europeos son producto, según Caldera, de la envidia que siente nuestros socios por su gestión.

En la España invertida de Zapatero el Gobierno se dedica a hacer oposición del pasado y la oposición a proponer las medidas que debería proponer el Gobierno. El Gobierno se afana en crear problemas y la oposición en tratar de solucionarlos. Cuanto más se busca un consenso por parte del Gobierno, mayores son los insultos y las descalificaciones hacia con quiénes se busca el acuerdo. El dialogo se convierte así en un arma para arrojársela al contrario.

 

En este mundo al revés de ZP la policía avisa a los terroristas de que están siendo investigados por los jueces. El ministro del Interior está mucho más ocupado en sacar a la calle a los asesinos que están en la cárcel que en meter en la cárcel a los terroristas que aún están en la calle. El Fiscal General se transforma en realidad en un defensor de los terroristas. Los actos de terrorismo callejero se convierten en chiquilladas que nada tienen que ver con ETA. Las cartas de extorsión a los empresarios son para Rubalcaba cartas amistosas. Un partido ilegal como Batasuna se transforma en un interlocutor político necesario y un terrorista como Otegi es en realidad un hombre de paz. Por el contrario, las víctimas se convierten en agentes vociferantes potencialmente peligrosas.

 

En esta España invertida el padre pasa a ser progenitor A y la madre progenitor B. Las parejas homosexuales se transforman en matrimonios. Los inmigrantes irregulares en residentes legales. La eutanasia se convierte en el derecho a vivir la muerte con dignidad. Una vivienda es en realidad una  solución habitacional. Los medios de comunicación que no son afines al Gobierno son delincuentes enmascarados de periodistas. Las críticas al Gobierno se transforman en conspiraciones en contra del Estado.

 

Para Rodríguez Zapatero la alianza con las tiranías se disfraza de Alianza de Civilizaciones. Cuba, Venezuela o Irán se convierten en modelos de democracia, mientras Estados Unidos es el causante de todos los males del mundo. Pero el principal aliado de Bush en la guerra de Irak, Tony Blair, se transforma de repente en un príncipe de la paz si avala la negociación con ETA. La vencedora en las elecciones de Alemania y hoy canciller es realidad una fracasada. El ministro de Interior francés, y posible próximo presidente de la República, un indocumentado al que no hay que escuchar.

En la España invertida las nacionalidades se convierten en naciones, las regiones en realidades nacionales y España pasa de Nación a plurinacionalidad. El presidente del Gobierno impulsa la disgregación del Estado, mientras que son algunas comunidades autónomas las que piden un Estado fuerte. El dinero se reparte en función del criterio que a cada uno le plazca, el PIB, la población o el territorio, aunque al final dos más dos ya no sean cuatro.

Nadie discute la inmensa capacidad de este Gobierno para volver las cosas al revés, para convertir lo negro en blanco y lo blanco en negro y para ocultar la realidad que no le interesa. Pero detrás de tanto engaño, de tanta mentira y de tanta ocultación sigue existiendo una España real, la de los españoles que prefieren seguir llamando a las cosas por su nombre, la de una gran mayoría social que se siente cada vez más incomoda en esta España del revés. Son cada vez más los ciudadanos los que creen que para acabar con tanto desajuste será necesario volver a colocar a la oposición en la oposición y al gobierno en el gobierno.

 

Y una frase con la que me gustaría acabar. Zapatero, no olvides que has entrado en el gobierno en un tren de cercanías.