Halitosis

Todos conocemos a alguien que le canta el pozo, que le huele el aliento, que perfuma el ambiente con solo abrir la boca. No sé cómo pero en todos los grupos, ya sea familiares, de trabajo o de amigos, hay alguien que sufre de halitosis, y probablemente ni lo sepa.
Venga ya, ¿cómo no lo va a saber? ¿Esa persona no tiene mujer/marido, hijos, buenos amigos que se lo digan?

Es un problema que puede llegar a causar problemas en las relaciones sociales y afectivas. Como digo, mucha gente no sabe que padece de halitosis (o no tiene alguien compasivo que se lo haga saber) y a veces es rechazada.

Cuando alguien te está atufando, ¿es cortés retirar la cara?

A ver, lo normal si comes ajo, bebes café o fumas, es que huelas a eso mismo. Pero cuando alguien, sin haber tomado ningún alimento o bebida cuyo olor puedas identificar, apeste a cloaca, estás ante una bomba fétida que robará tu oxígeno cada vez que se acerque a ti y quiera charlar. Además, los halitosos son también los que llevan esas bolitas blancas en la comisura de los labios (comúnmente conocidas como «burriagas»), lo que ya te indica, además, la poca higiene bucal del individuo.

A continuación os relato la anécdota que tuve hace unos años con un compañero de trabajo.
Como en toda empresa, hay un compañero o compañera cuyo aliento es peor que un arma química. En serio, era tan apestoso que un par de minutos a su alrededor o en un ascensor y te daba dolor de cabeza.

Un día, la señora de la limpieza hizo un comentario banal, y dijo que limpiaría los asientos de piel de los despachos (de los jefes) que ya estaban viejitos y quería darles un fregao. Que la avisara para cuando alguno de ellos dejara libre su despacho.

Este individuo abandonó su despacho y la limpiadora se dispuso a limpiar la estancia y asiento, como dijo.
Pasaron los días, y la mujer, como buena profesional, no contenta con el trabajo realizado en el despacho de este individuo, pues no conseguía eliminar el olor del despacho, volvió repetidas veces a luchar contra él, probando productos y técnicas.

Un día, ya por curiosidad, me acerqué al despacho donde ella estaba y pasé dentro, cosa que yo nunca había hecho, y rápidamente identifiqué ese olor. Fijaos si la peste era tal, que el propio despacho, los muebles y la esponja o relleno del asiento, habían absorbido ese olor.

Y es que claro, cuando tienes que elegir estar con una persona con este pequeño problema… te lo piensas. ¿Se lo dices? ¿Arriesgas? ¿Cómo se lo dices?

 

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2 Respuestas a “Halitosis

  1. Hombre, a mi nunca me ha pasado, quizás porque soy más antisocial y estoy con poca gente, jajajajaj

  2. Pingback: Los vecinos | elblogdechicaurbana.wordpress.com

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